Somos lo que comemos.

El viajero internacional, además de deslumbrarse mientras viaja, con los diversos atractivos que ofrecen los distintos países, se regocija pensando en los manjares que va a comer durante su viaje al exterior. La gastronomía internacional espera para conquistarlo.

Aún el turista con menor presupuesto, investiga las maneras más económicas de alimentarse. La mayoría de los lugares, ofrece al viajero curioso y algo aventurero una cantidad de nuevos sabores y diferentes elaboraciones que sorprenden y cautivan.

Nada que decir de las cadenas hoteleras que se esmeran especialmente en brindar platillos gourmet en los que están presentes los productos regionales. Seleccionan rigurosamente sus chefs, proponiendo un menú de gran nivel para sorprender al comensal
1. España
La diversidad de la oferta gastronómica se debe mayormente al crisol de razas que la habitan. El intercambio con América enriqueció notablemente a Europa en general y a España en particular. Su comida de estilo mediterráneo cautiva a quien la prueba. Sabores intensos y a la vez muy naturales, nos hacen sentir como en casa. Lo importante también se refleja en que resulta poco costoso comer rico y abundante, combinación perfecta para todo viajero que necesita guardar recursos para poder extender su viaje lo más posible.
2. Bruselas.
Encontraremos en esta hermosa y gran ciudad una movimiento arrollador poco visto. Sus lugares de comidas son enormes y con una afluencia de comensales a toda hora. Se respira un ambiente alegre pero que permite desarrollar largas tertulias con sobremesas regadas de sus riquísimos vinos dulces para acompañar su postre favorito.
Las comunes y tan solicitadas papas fritas, resultan en Bruselas exclusivas e incomparables.
El chocolate es un producto americano pero que este lugar mágico lo elaboran como en ningún otro lugar.
3. Hanoi
El efecto sorpresa de su gastronomía antigua y saludable es infinito. El viajero encontrará sabores y colores nunca probados. Si bien es cierto que los picantes reinan en los platillos, habrá que aventurarse y probarlo lentamente hasta hacer un hábito definitivo, pues nuestro paladar descubrirá un sinfín de nuevas sensaciones.
El más osado de los visitantes, seguramente se atreverá a comer algunos platos que tienen como producto final un animal no comestible en las culturas occidentales. Lo mejor será, probar sin investigar demasiado.
4. Las Vegas
Todo Chef que quiere enriquecerse en lo profesional, aspira a desarrollarse en Las Vegas, pues allí logrará alcanzar la fama necesaria para trascender mundialmente. Por ello, se puede encontrar la mayor variedad de platillos, además del vértigo del juego y los megaespectáculos.
La ambientación de los comedores está pensada para ubicar al comensal en el ámbito apropiado, y despertar el deseo de sabores exóticos o urbanos.
Algunos cuentan con espacios que despiertan una sensación afrodisíaca inusual., complaciendo sin límite el deseo del visitante, con manjares tan desconocidos como incitantes.
5. Lyon
Es la cuna de la gastronomía francesa. La histórica fama de sus manjares es muy reconocida. Los personajes de la realeza han sido sus mentores más entusiastas Encontrará la mayor concentración mundial de restaurantes lujosos, estrellas Michelin y bouchons o restaurantes típicos. Los vinos franceses más exquisitos y la pastelería inolvidable lo esperan.
6. Nueva York
La gran manzana en New York, New York hay una oferta variadísima de comidas. Aunque no ofrece platos típicos, ni populares, es una ciudad de gran eclecticismo cultural que asombra.
Se podrá probar la verdadera gastronomía mundial en todas sus formas , sin ni siquiera salir de Manhattan.
7. Roma
Sus afamadas trattorias tienen un ambiente casi, cinematográfico, y el espíritu local se siente en cuanto entramos. La comida es natural, elaborada con productos regionales que cautivan por su sencillez y su intenso sabor. Probar la trufa negra es insoslayable para conocer el máximo sabor de la tierra húmeda. El aceite de oliva es el más rico del mundo y la variedad de los frutos de mar es amplísima.
8. Tokio
La curiosidad debe llevarnos a probar sus más raras y complejas comidas. El método de cocción local asegura la preservación de las proteínas y la textura de los productos. Es como comenzar de cero en cuanto al placer de degustar. Los puestos callejeros son un desafío y solo habrá que dejarse llevar para dar rienda suelta a un festival de sabores. Recomendamos probar la gran variedad de pescados, elaborados de muchísimas y diversas maneras.

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